Este libro cuenta la historia de una princesa, Victoria, que desde su más tierna infancia crece rodeada de mitos familiares reflejados en el llamado “código real”. A pesar de seguir este “código para ser feliz” comienza a sentirse desgraciada y emprende un camino en busca de sí misma y de su felicidad particular.
Su autora, Marcia Grad, es una prestigiosa educadora de Terapia Racional Emotiva Conductual y dirige seminarios de crecimiento personal para grupos, empresas y profesionales.
Este relato, en la línea de “El caballero de la armadura oxidada” simboliza el viaje que todos hacemos en la vida a medida que separamos la ilusión de la realidad y descubrimos quienes somos.
No he podido evitar, al leer este libro, establecer relaciones con esta asignatura, concretamente con la psicoterapia Rogeriana. Creo que este libro nos puede ayudar a interiorizar la teoría aprendida de una manera sencilla.
Durante el relato aparecen varios personajes que podrían ser los terapeutas: un búho, un delfín, una bruja… todos ellos adoptan una postura “no directiva”. Presentan a la princesa las opciones que tiene, y es ella misma quién decide cuál es el camino que elige. Estos personajes son conscientes de la capacidad de desarrollo de la princesa y dejan que en ocasiones se equivoque para que aprenda a ayudarse a sí misma. Al principio del libro Victoria pide ayuda, pero al final del libro comprende que es capaz de tomar decisiones importantes que den un nuevo enfoque a su vida.
Es interesante cómo se ven reflejados metafóricamente los elementos fundamentales de la terapia Rogeriana:
- - Terapia centrada en el cliente: Los personajes que orientan a Victoria no se centran en los problemas que tiene en ese momento, sino en ella misma y su desarrollo para poder afrontar los problemas que tiene actualmente y los que le puedan surgir en el futuro.
- - Empatía y aceptación positiva e incondicional: Los orientadores de Victoria se ponen en su lugar y la comprenden, destacan sus rasgos positivos y la respetan
- - Autenticidad o congruencia: En este cuento, el “código real” simboliza lo que el sistema familiar y social espera de nosotros (“yo debería ser”) y la vocecilla que habla dentro de Victoria (en el libro la llaman Vicky) simboliza lo que somos en realidad (“yo soy”). A medida que trascurre la historia Victoria escucha más a “Vicky” y se aleja más de lo que el “código real” le ha impuesto.
En mi opinión, este libro, además de incitarnos a pensar en nuestra vida personal y en las decisiones que tomamos en ella, nos puede ayudar a reflexionar sobre nuestro trabajo como futuros orientadores.
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