lunes, 3 de enero de 2011

LA PRINCESA QUE CREÍA EN LOS CUENTOS DE HADAS

Un cuento para reflexionar...



Este libro cuenta la historia de una princesa, Victoria, que desde su más tierna infancia crece rodeada de mitos familiares reflejados en el llamado “código real”.  A pesar de seguir este “código para ser feliz” comienza a sentirse desgraciada y emprende un camino en busca de sí misma y de su felicidad particular.

Su autora, Marcia Grad, es una prestigiosa educadora de Terapia Racional Emotiva Conductual  y dirige seminarios de crecimiento personal para grupos, empresas y profesionales.
Este relato, en la línea de “El caballero de la armadura oxidada” simboliza el viaje que todos hacemos en la vida a medida que separamos la ilusión de la realidad y descubrimos quienes somos.

No he podido evitar, al leer este libro, establecer relaciones con esta asignatura, concretamente con  la psicoterapia Rogeriana. Creo que este libro nos puede ayudar a interiorizar la teoría aprendida de una manera sencilla.
Durante el relato aparecen varios personajes que podrían ser los terapeutas: un búho, un delfín, una bruja… todos ellos adoptan una postura “no directiva”. Presentan a la princesa las opciones que tiene, y es ella misma quién decide cuál es el camino que elige. Estos personajes son conscientes de la capacidad de desarrollo de la princesa y dejan que en ocasiones se equivoque para que aprenda a ayudarse a sí misma. Al principio del libro  Victoria pide ayuda, pero al final del libro comprende que es capaz de tomar decisiones importantes que den un nuevo enfoque a su vida.

Es interesante cómo se ven reflejados metafóricamente los elementos fundamentales de la terapia Rogeriana:
-        -  Terapia centrada en el cliente: Los personajes que orientan a Victoria no se centran en los problemas que tiene en ese momento, sino en ella misma y su desarrollo para poder afrontar los problemas que tiene actualmente y los que le puedan surgir en el futuro.
-        -  Empatía y aceptación positiva e incondicional: Los orientadores de Victoria se ponen en su lugar y la comprenden, destacan sus rasgos positivos y la respetan
-        Autenticidad o congruencia: En este cuento, el “código real” simboliza lo que el sistema familiar y social espera de nosotros (“yo debería ser”) y la vocecilla que habla dentro de Victoria (en el libro la llaman Vicky) simboliza lo que somos en realidad (“yo soy”). A medida que trascurre la historia Victoria escucha más a “Vicky” y se aleja más de lo que el “código real” le ha impuesto.

En mi opinión, este libro, además de incitarnos a pensar en nuestra vida personal y en las decisiones que tomamos en ella, nos puede ayudar a reflexionar sobre nuestro trabajo como futuros orientadores.

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